Más de 50 años han pasado desde que el jurado, compuesto por el Rector del Instituto y destacados arquitectos nacionales, diera a conocer al ganador del proyecto para el nuevo edificio del Instituto Nacional. Un entonces joven José Llambías, hace poco egresado de la Escuela de Arquitectura de la Universidad de Chile, había sido declarado vencedor entre más de 300 propuestas, en uno de los concursos de arquitectura más importantes y competitivos de la década. Su sutil trabajo en el diseño del programa del edificio y el aprovechamiento del espacio serían los factores responsables de adjudicarle el primer puesto. La obra, en el contexto de la época, sería además un referente para los otros establecimientos del país que vivían en ese entonces una vívida modernización.
Sin embargo en 1969, pese al deseo de las autoridades del Instituto e incluso un convenio con la Universidad, los recursos para finalizar el ala oriente del edificio se congelaron y dejaron el establecimiento a medio terminar. Hoy, la obra gruesa de uno de los complejos culturales más imponentes del centro de Santiago, volverá a oír el ruido de las picotas y la maquinaria pesada, ya que el proyecto, que contempla la finalización del aula magna del Instituto, hará inicio de obras durante abril de este año.
Con las numerosas gestiones de la comunidad y la colaboración de las autoridades de Gobierno se logró en 2012 comprometer los fondos necesarios para concluir la franja pública del edificio, y tras un largo proceso de licitación para la construcción de las obras, finalmente se iniciarán los trabajos para realizar la propuesta de los arquitectos de la oficina “Lateral”; esta última contempla renovar sus principales espacios: la gran sala con capacidad para 800 personas, un teatro de cámara, y dos auditorios, además de una moderna sala de exposiciones en el subterráneo.
La conclusión de esta obra terminará con las leyendas que se construyeron en torno a este espacio por casi medio siglo, una subterra indómita y desconocida que significó ritual para tantos estudiantes hoy será inundada por las artes y la cultura, como originalmente debió haber sido. Además esta importante obra de la arquitectura chilena podrá completar el programa original con que se prometió a los Institutanos, en la década de los 60, ser el más moderno espacio educativo del país, completando la visión del arquitecto Llambías a casi 4 años de su muerte en Septiembre de 2011.
¿Cuando se terminará el aula magna?
Se estiman 14 meses de duración de obra aproximadamente.
Un fuerte abrazo!!
Un Institutano de corazón que núnca olvidará a docentes como el Padre Hugo.
iNCREIBLE…..PARTE DE MI ENSEÑANZA BÁSICA Y TODA MI ENSEÑANZA MEDIA SE HABLABA DE LAS CATACUMBAS…Y EXISTÍA EL MITO, ASÍ DECÍAN LOS ANTIGUOS, DE QUE ESE DESCONOCIDO Y LÚGUBRE LUGAR ALBERGARÍA EN ALGUNOS EONES….UN AUDITORIO…….HOY YA EN EL CREPÚSCULO DE MI EXISTENCIA ME DOY CUENTA QUE LA LEYENDA ERA CIERTA….FELICITACIONES